#13 Si no lo publico en redes, no pasó
Tengo que admitir que he sentido la necesidad de tomarle fotos a todo y registrar todo para publicarlo en alguna red social para que otros vean lo cool y movida que es mi vida.
Hace unos años ya que me liberé de esa necesidad pero hay otra cosa de la que ha sido un poquito más difícil liberarme.
La comparación.
Eso que puedo sentir cuando una persona publica que anda aparentemente pasándolo bomba y comiendo rico en equis otro país mientras yo estoy echada en el sofá viendo una película y revisando instagram.
Ayer en la noche me senté a escribir porque mi alma me lo pidió y escribí varias cosas que me traen hoy aquí para compartirlo contigo.
Para qué sentirme mal cuando otro muestra una partecita de su vida (énfasis en partecita) si yo lo estoy pasando increíble este finde también, descansando como tanto quería y necesitaba además.
Que viajar está cool pero descansar también. Y si no soy de las que más viaja ni de la que más va a restaurantes es porque estoy tripeando mi vida recolectando flores, coleccionando dibujos que los niños me regalan, escribiendo más que veinte personas que escriben o pelando bolas.
Hay millones de formas distintas de ser feliz.
Y que los buenos momentos no estén en los stories de tu cuenta de alguna red no significa que no sucedieron.
Si la mayoría de las veces que la estamos pasando bien ni tenemos tiempo de pensar en fotografiarlo.
Como cuando me senté en el piso y me regalé una hora entera de escribir todos los pensamientos que me andaban revoloteando durante el día y me pesaban.
Como la carbonara increíble que hicimos Dani y yo para el almuerzo.
Como Bambú saludándonos como si no nos hubiese visto en 30 años enteros cada vez que llegamos a la casa.
Como las veces que he viajado y sólo tengo 10 fotos random que no demuestran que estaba viajando sino que son fotos raras que bien podría haber tomado en mi casa.
Esta es definitivamente una invitación a cuestionarnos si la comparación nos visita con frecuencia y si es así, hacer algo al respecto.
Me ha servido quitar las notificaciones y ponerme un tiempo límite para las redes sociales. Y si me visita la comparación, bloqueo el teléfono de inmediato.
Yo no sé si esto te afecta también pero me pareció bonito compartirlo contigo.
En en un mundo de redes sociales, es muy fácil distraerse de lo importante.
Y lo importante es vivir el presente.
Hacerle fotos a lo que a mí me hace feliz, saludar a Bambú de vuelta como si no lo hubiese visto en 30 años enteros, coleccionar atardeceres, alegrarme por los logros ajenos, alegrarme por mis logros, viajar si así me lo propongo y descansar si lo necesito. Salir corriendo y abrazar a los míos, celebrar que Dani tiene 35 plantas en casa y que de aquí a nada tendré que abrirme paso para poder ver una peli en el sofá, leer todas las mañanas de camino al trabajo, estirar mi cuerpecito cuando me levanto.
Todas, cosas que no están en las fotos pero sí que pasaron.
Y ahora cuéntame tú si la comparación te visita y de tu colección de cosas importantes que sí suceden aunque no estén en las fotos, me encantará leerte.
Un abrazón.